Es un secreto, es una pasión que siempre tuve; ver caras.
No es un hábito común, y como tal debe tener sus normas y pautas.
Paso uno: Encontrar una calle amplia, céntrica y -obviamente- abarrotada de gente (que camine y vea, pero no mire nada.)
Paso dos: No tener tiempo. (Si uno esta realmente apurado, cada cara se disfruta más. Como si fuera la única del día).
Paso tres: Buscar adjetivos y colocarnos en cada cara. (Difícil, normal, bohemia, súper raro, complicadísimo)
Paso cuatro: Bucear entre caras. (Buscar falsos, no buscar nada, captar miradas, ser invisibles. En sí, perderse).
NI BIEN AMAINÓ, LA TORMENTA OLVIDÓ...LAS PROMESAS HECHAS, OTRA VEZ.
ME MATA EL LIMÓN.