lunes, 24 de agosto de 2009

Se durmió escuchando la canción...






Se durmió escuchando la canción.
No tenía sueño, pero el vaivén del colectivo y la luz del sol que le acariciaba la cabeza hicieron que cerrara los ojos.
Y la canción. Tanto tuvo que ver la canción.
Nunca la había escuchado antes, pero lo conquistó.
No entendía ni el idioma ni que hacían esas flautas ahí atrás. Ya ni sabia si estaba soñando o si la música realmente lo estaba haciendo flotar.
Los ojos aún cerrados vieron otro mundo, el colectivo entero se transformó en una selva y la música marcó el ritmo, marcó el aire, y las hojas y ramas parecían bailar.
Él ya no era el mismo.