martes, 24 de julio de 2012

como cansa ser todo el tiempo uno mismo


La luz entra por la ventana.
De mañana se estaciona en ese espacio que hay entre el sillón y la mesita. Ahí donde se junta pelusa.
Se mueve y como a las diez duerme en el sillón, en los elásticos rotos, en los tres almohadones distintos.
Más tarde se sienta en el piso y se transforma en dos rectángulos. El suelo es amarillo y a luz más amarilla. 
Va caminando por todo el living y se hace finita. Dos rectángulos finitos. Después casi nada solo una espadita.
Desaparece y deja gusto a frío.; y a que sería lindo tener un balcón y así evitar que las palomas tiren los cactus.