Estoy empezando a pensar que mi escalera tiene vida propia. A la noche suena. A veces se escuchan pasos de persona o de gato. Otras simplemente se queja...es como si se moviera incómoda sin poder dormir. Como que mi escalera no encuentra la posición. Capaz nunca quiso estar ahí, donde la puso el arquitecto. Al arquitecto mis viejos le decían el punto. Porque era blanco y petisito. No lo vi más y eso que vive en el barrio.
lunes, 10 de agosto de 2009
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