A veces hace falta darnos una oportunidad. Corrernos de ese lugar al que siempre volvemos.
El mío es el de superheroe, el de otro el eternosilencioso, el de otros el demasiadoego, de algunas el nomehagocargo.
Los papeles se pegan como si fueran de caramelo de miel.
Y es injusto. Yo lo estoy aprendiendo.
Entonces...cuando me sale y no me da miedo. Despego la puntita del papel, lo muerdo un poco con los dientes, lo separo del caramelito.
Y LO DISFRUTO.
Sin embargo...sigo encontrando algunos cachitos de envoltorio que aún no logré despegar.
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